Opinión publicada el 28 de febrero de 2008.
Obama se enfrenta al lobby pro-Israel sin caer en el discurso antisionista. Su posición es equidistante: no es pro-Hamás, pero tampoco se arrodilla ante Netanyahu. En Washington, eso es casi revolucionario. Veremos si la valentía dura una campaña o una presidencia.
Deja una respuesta